22 de set. 2011

Already missing it before I leave it.

Creo que el título lo dice todo. No hemos parado de quejarnos en estos cuatro meses, que si todo es tan caro, que no podemos permitirnos un mínimo de cosas, que si no podemos pasarlo bien ni disfrutar de la ciudad por culpa del dinero... dinero, dinero! siempre lo mismo.

Está bien, voy a hacer un paréntesis para hablar de dinero.

Está claro que en Suiza, de los países más ricos del mundo, si no tienes dinero no eres nadie. Y eso se nota en el ambiente. La gente loca que veo por los trams y por las calles seguramente son gente que quizás se arruinó de golpe y se quedaron sin un amigo, además. Se vieron solos ante el peligro y la grandiosidad de la vida. Con mis compañeros de piso siempre me veo en temas de conversación banales, se habla de "me voy a comprar esto" o como mucho, de los estudios, de los exámenes. No tenemos puntos en común? O es que no se plantean su estilo de vida, la vida en si? De qué hablan en sus reuniones con amigos en el bar? Aquí hay que pagar por todo. Y ellos lo tienen asumido. Ya no consideran algo como bueno si no es caro. No creen que fuera de su país pueda haber cosas de calidad. Ellos son los mejores, en todo. Manda c-------, quién les pidió ser don perfecto? No lo sé. Se lo han creado para crecerse y conseguir que un país tan pequeño tenga tanta potencia. Han vendido su neutralidad que les caracteriza para que todo el mundo ponga su dinero y nadie ponga una bomba. Los militares todavía existen, los búnqueres también... para qué? Protección de què, si saben que a nadie le interesa atacar los ingresos de todos los demás países? Este paraíso fiscal que esconde tanto dinero negro... No es normal que en todas las tiendas no corra ni un alma. Y los negocios siguen procreando y no cierran.

Cierro paréntesis sobre el dinero.

Empecé hablando de que durante estos 4 meses nos hemos estado quejando, pero nuestra mente ocupada de pensamientos no nos dejaba ver la belleza de este país: su punto fuerte es la naturaleza. Lo verde, si es bueno, dos veces verde. Aquí y allí, todo limpio. Los animales correteando por los prados. Las montañas tipo teletubbie, las tipo rocosas, las tipo puntiagudas. Todas ellas. Los lagos y ríos, incluso las lluvias son bonitas, porque son necesarias. Ir viajando en coche o tren y disfrutar de cambios brutales de paisaje, en pocos quilómetros de diferencia. La tranquilidad y el silencio que nunca te han dado. El tiempo para pensar para uno mismo, aquí no se corre. Y se es puntual. El poco estrés que se viven en las calles. El horario reducido, los domingos absurdos y vacíos en las calles. El tener que andar por un caminito 20 minutos para llegar al trabajo.

Aunque no me lo parezca, y aunque eche de menos mi casa, creo que ya estoy echando de menos también Suiza, donde estoy ahora mismo. Se pueden echar de menos dos sitios a la vez? El presente y el futuro? En esta situación de cambio, como siempre, existe una angustia que nos conmueve, y es la eterna pregunta: ¿dónde encontraré mi lugar?

8 días...